El valor real de los contactos: networking frente al postureo
La solución está en los otros. Identificados por Aristóteles que nos definió como zoom politikon, seres sociales, los humanos nos buscamos los unos a los otros para despejar dudas, arreglar problemas o, simplemente, ampliar nuestros horizontes. Los contactos, el networking, se ha convertido en la herramienta fundamental de cualquier liderazgo… siempre que no se confunda con el postureo. El mes pasado, el Foro Económico de Davos se convirtió en la oportunidad, a priori, ideal para utilizarla: un enjambre de 1.600 ejecutivos de empresas, entre ellos más de 900 directores generales, y varios cientos de líderes gubernamentales. Ignacio Babé, director general del Club Excelencia en Gestión, cree que este tipo de reuniones "no son el mejor ejemplo de networking eficaz y discreto. Aunque seguro que hay interesantes oportunidades para hacerlo, a veces parece más una pasarela o unos de esos restaurantes de moda donde los que entran son observados y escrutados por los que comensales y viceversa. Transmite un aroma de elitismo y es tremendamente caro acceder, incluso a los alrededores, durante la época de los encuentros". En Davos hay que partir de una posición preestablecida: "Puedes concertar un encuentro discreto con el presidente de tu gobierno si eres un conocido empresario en tu país, lo que, sin duda, es un aliciente para los que siempre están en el ojo de los paparazzi o de los analistas económicos. Por tanto, hay contactos muy rentables y provechosos en esos ámbitos", matiza Babé, que asegura que en su asociación, "los encuentros de primeros ejecutivos tienen como fin fundamental el aprendizaje. También, ponerse al día sobre tendencias en gestión, que otros ya han empezado a aplicar en sus organizaciones, oportunidades comerciales e intercambio de información en busca de temas comunes".En cualquier caso, "el networking solo transforma realidades cuando las palabras se convierten en acción. Las grandes ideas no cambian el mundo si no se llevan a cabo", recuerda Rosa Becerril, CEO de Psiconnea: "Si se enfocan en soluciones reales y no en autopromoción, pueden generar un impacto exponencial. En mi caso, gracias a conexiones en estos espacios, hemos podido llevar la psicotecnología a sectores que jamás habían priorizado la salud emocional. Cuando logras que un CEO, un gobierno o una organización entienda que la salud emocional no es un extra, sino un pilar estratégico, que es posible democratizar, el cambio deja de ser un ideal y se convierte en una realidad".Porque, concluye Becerril, "en el verdadero networking no se trata de acumular contactos, sino de ganarse la confianza. Escucha de verdad, ayuda siempre que esté en tu mano y conecta con autenticidad. Las relaciones que realmente transforman no nacen de la inmediatez, sino del compromiso y el valor que aportas a los demás". Así orientado, Isabel Reija, socia de Amrop España, el networking es "indispensable. Hoy en día, la capacidad de colaborar es crítica para los directivos. Eso implica que tienes que estar permanentemente en contacto con otros, tanto del mismo sector como de otros y entre distintas generaciones, porque te ayuda a ver y conocer prácticas que quizá puedas aplicar a tu empresa".Reija advierte que "este tipo de encuentros hay que prepararlos bien. Debes informarte de quién acude y pensar con quién te interesa hablar, marcar una hoja de ruta para sacar el mayor rendimiento". También recuerda que suponen "una manera de darte a conocer, estás expuesto a mucha gente que no te conoce, por lo que antes es necesario establecer y mantener tu propia marca personal. Y eso conlleva conocerte bien, mostrarte así en tus redes sociales y tener tus canales permanentemente activos y alineados con los objetivos que persigues. Por ejemplo, si quieres una posición en una comisión de sostenibilidad, tienes que hablar en tus redes de ello; si no, nadie te identifica como experto en eso".Aunque lo fundamental quizá sea el factor humano. Becerril sostiene que "el networking no es solo intercambiar contactos, sino construir relaciones reales con generosidad estratégica. La clave está en escuchar, aportar y dar seguimiento. El mayor error es pensar solo en el beneficio propio sin generar confianza. También hay que evitar la falta de continuidad y el enfoque transaccional. Las grandes oportunidades nacen de la conexión genuina, la profesionalidad y el tiempo y cariño dedicados a fortalecerla".