Lo barato y lo competitivo
La economía española parece haber desarrollado bastante resiliencia ante un escenario de extrema incertidumbre, según las previsiones de primavera del FMI. La base del blindaje sigue teniendo que ver con el posicionamiento de nuestro país tras la pandemia, de la que salió penalizada la industria y favorecidos los servicios. Este marco se ve potenciado por la política comercial de Donald Trump que, en su estrafalaria apuesta por fragmentar el mercado mundial, sanciona con aranceles las exportaciones de bienes y no las de servicios, donde España es cada vez más potente.Más allá de las expectativas de crecimiento o recesión, los informes publicados por el FMI dejan pistas sobre cómo evolucionará el comportamiento de la economía real en los próximos años. En el estudio sobre migraciones, el fondo llama la atención al impulso que dan las personas venidas de fuera al consumo y el efecto deflacionario que tienen sobre el conjunto de la economía. Los migrantes gastan casi todos sus ingresos, suelen ocupar los puestos peor pagados por lo que, además, reducen las tensiones en el mercado laboral. España ha atraído a 1,2 millones de extranjeros en los últimos años y, en un contexto internacional de la falta de mano de obra, nuestra tasa de vacantes es algo holgada.El Gobierno defiende que la economía española es competitiva. El matiz entre lo competitivo y lo barato es sutil. Eurostat ha publicado las estadísticas de costes laborales correspondientes a 2024 y arrojan cierta luz al debate. España, cuarta potencia del euro, es la duodécima en esta clasificación. El coste por hora trabajada es de 25,5 euros cuando en 2008 ya era de 19,5. La media de la Unión Europea es de 33,5. En Alemania es de 43,4 euros, un 55% que antes de la Gran Recesión. España y Alemania pueden ser dos casos extremos, pero, por ejemplo, en Eslovenia los costes son ya ampliamente superiores a los nuestros.La productividad y la estructura de cada economía explican esta situación. Alemania o Eslovenia tienen mayor producción en sectores vinculados a la innovación y en la industria. Aunque ahora ésta esté asfixiada, es su valor añadido el que le ha permitido los mejores salarios. Sin embargo, España compite en el bajo coste. El Gobierno afirma que el auge de los servicios no turísticos cambiará la tendencia. De ser así, las estadísticas aún no lo recogen.En el único ránking en el que nuestro país está por encima de la media europea es en el que mide los costes laborales no salariales, es decir, en las cotizaciones. Esta estructura de gastos está capturada por el déficit del sistema de la Seguridad Social. Demasiado Opex y poco Capex.