El euro digital, una solución para el 'apagón' y una amenaza duradera para la banca: "Es la última oportunidad"
En pleno apagón del pasado lunes, los propios miembros del Partido Popular Europeo que habían logrado llegar a su congreso en Valencia veían cómo a estas alturas del siglo, no sólo puede suceder un desastre así, sino que no hay aún un medio de pago digital operable en toda la Eurozona sin que funcione Internet. Uno de los asistentes que lo sufrió es el eurodiputado español Fernando Navarrete y ha tomado buena nota, porque tiene un papel para cubrir este agujero. Este parlamentario del PP será el ponente en la Eurocámara sobre el proyecto que tiene en vilo a la banca continental llamado a revolucionar los medios de pago: el euro digital. Se trata de regular un plan impulsado por el Banco Central Europeo con el que montar una alternativa al sistema estadounidense de Visa y MasterCard y que, como advierte Navarrete, "puede devolver a la banca europea al siglo XIII". ¿Por qué? Porque el sector no se ha preocupado de montar un sistema -Bizum u otro- que no sólo sea válido en toda la UE, sino que funcione sin Internet. Su pasividad lo coloca ahora ante un riesgo de gran apagón de depósitos y pagos y no coyuntural como el del lunes, porque avanza un proyecto en el que la banca empezaría a ser prescindible tal y como la conocemos en actividades financieras cotidianas. La fuga de depósitos sería inevitable ante lo que prepara el BCE. "El euro digital sería una forma digital de efectivo emitida por el BCE disponible para todos los ciudadanos en la zona del euro", según la institución que preside Christine Lagarde. "Se almacenaría en un monedero electrónico creado en el banco o en un intermediario público, lo que permitiría realizar todos los pagos electrónicos cotidianos -en tiendas físicas, electrónicas o a amigos- con teléfono o tarjeta, con y sin conexión a Internet", describe el BCE. Tener cuenta en un banco privado ya no sería imprescindible, ni usar Bizum o cualquier otro sistema actual nacional que quedarían superados. Para calmar al sector bancario, el BCE ofrece fijar límites, para que sólo se puede usar el euro digital hasta determinadas cantidades aún por determinar. "Si se pone un límite de 3.000 euros la fuga de depósitos del euro digital puede provocar una salida de hasta 739.000 millones de euros de depósitos bancarios en la zona del euro, un 10% de la base total de hogares", según un estudio de la Federación Bancaria Europea. "Si es de 500 euros, la pérdida de depósitos podría limitarse a 139.000 millones de euros, cifra aún importante, pero inferior". En todo caso, ningún límite tranquiliza al sector, porque en el futuro el poder político europeo podría ampliar esas cifras para alegría de los ciudadanos. Los partidos más a la izquierda de la Eurocámara quieren que no haya límites aunque golpee al sector bancario; y, por el contrario, los más a la derecha, están en contra, pero por temor, según aseguran, a que los Estados se conviertan en un Gran Hermano que conozca todos los pagos de los ciudadanos. Los partidos considerados centrales en la Eurocámara, socialistas, populares y liberales, tienen un difícil acuerdo por delante ante la presión de sus extremos y deben alcanzarlo, porque el BCE necesita regulación para llevar el euro digital ya en octubre a "fase de implementación".